La corresponsabilidad y los autocuidados son los principales aliados para prevenir la sobrecarga derivada de ser personas cuidadoras
La persona con daño cerebral adquirido (DCA), según el grado dependencia, necesita el apoyo de otras personas en sus actividades cotidianas: vestirse, alimentarse, conducir… Por lo general, sus hijas, madres, hermanas o parejas pasan a dedicar gran parte de su tiempo para ayudarles. Para ellas, para las personas encargadas de los cuidados, es el siguiente artículo.
El daño cerebral adquirido es una discapacidad que se produce cuando aparece, de forma súbita y repentina, una lesión en nuestro cerebro, normalmente producida por un ictus o un traumatismo craneoencefálico. Es una discapacidad adquirida, pues no se nace con ella y surge, por lo general, en la edad adulta; además, es inesperada, ya que aparece de un momento a otro.
Tras la lesión, la persona adquiere, en mayor o menor medida, cierto grado de dependencia, y comienza a necesitar apoyos en esferas de su vida o en actividades cotidianas en las que antes era totalmente autónoma: desde las más básicas como asearse, alimentarse o vestirse, hasta otras más complejas como ir a la compra, planificar un viaje o conducir.
Tomado de: https://www.consumer.es/salud/importancia-cuidarse-para-poder-cuidar
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